La meditación debería ser la MEDICINA diaria del PAS –y del no PAS también, pero eso ya sería otro tema-.

¿Te sientes demasiado frágil, como si cualquier nimiedad fuera capaz de hacerte sentir en peligro? La meditación te convertirá en alguien más fuerte y confiado.

¿Vives constantes altibajos emocionales, que te llevan a oscilar entre la euforia y el abatimiento? La meditación hará de ti una persona más estable y equilibrada, y cultivará en ti una felicidad auténtica.

¿Te sientes desbordado por el ritmo frenético de la sociedad? La meditación descubrirá un centro dentro tuyo, al que acudir cuando todo se mueve demasiado deprisa alrededor.

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Es así, la meditación tan sólo te llevará unos minutos al día y será capaz de transformar tu mente y tu vida. A partir de ahí, todo será más fácil y estarás listo para disfrutar al 100% del regalo de la sensibilidad.

Es cierto que, como ocurre con las cosas importantes, no ocurrirá de un día para otro, pero sí que poco a poco, sutil pero inexorablemente, irá obrando pequeños grandes milagros en ti. En algunos aspectos lo notarás enseguida, en otros puede tardar bastante más; en cualquier caso, una vez pruebes lo que es vivir así, te preguntarás por qué no empezaste antes.

Para entender el por qué es necesario echar un vistazo a los avances en neurociencia contemplativa de las últimas décadas. La neurociencia contemplativa es algo tan loco y brillante como un puñado de neurocientíficos de algunas de las Universidades más prestigiosas del mundo estudiando a fondo el impacto de la meditación en nuestros cerebros. Los resultados han sido tan sorprendentes que se está empezando a implantar la práctica meditativa en colegios, empresas, hospitales y universidades de todo el mundo.

La resonancia funcional magnética y el electroencefalograma no dejan lugar a dudas: LA MEDITACIÓN CAMBIA LA ARQUITECTURA DEL CEREBRO, literalmente… Y éstos son algunos de los beneficios que trae a nuestra vida:

Reduce el estrés

Reduce síntomas asociados con la depresión, la ansiedad, el dolor o el insomnio

Ayuda en la sanación de traumas psicológicos profundos. En el Centro del Trauma de Boston son pioneros en aplicar la práctica meditativa a sus pacientes

Mejora la atención

Aumenta la productividad

Aumenta la calidad de vida y la sensación de bienestar

Reduce y ralentiza el envejecimiento, al activar la hormona DHEA y el sistema nervioso parasimpático

Frena el deterioro cognitivo asociado con la vejez. Revierte la tendencia del cerebro a disminuir su tamaño y su densidad, manteniendo su materia gris

Aumenta la memoria, la comprensión, el aprendizaje y la creatividad. Se produce una sincronización cerebral entre ambos hemisferios

Otorga mayor perspectiva, y por tanto, la opción de tomar mejores decisiones

Proporciona una visión más ecuánime de las cosas. Al dejar de perder el tiempo en nimiedades del día a día, nos regala foco para aplicar nuestra energía en lo que realmente nos importa en la vida.

Facilita la capacidad de cambiar patrones nocivos, flexibilizando nuestros impulsos repetitivos

Disminuye la inflamación de los órganos, incluido el cerebro

Aumenta la melatonina, favoreciendo el sueño reparador

Produce cambios en nuestro genoma. Así, los genes que tienen que ver con procesos inflamatorios, como con el cáncer, se inhiben

Bonus track de la meditación: ¡Regala años de vida! Al discernir más y tomar mejores decisiones, inevitablemente dejamos de perder años de nuestra vida con personas, asuntos, caminos o sufrimientos que nos podíamos haber evitado de tener un poco más de lucidez. A esta cualidad que otorga la meditación la filosofía Vedanta la denomina Viveka, “la joya del discernimiento”. Mirando hacia atrás, casi todos hubiéramos agradecido un poco más de Viveka en nuestras vidas…

Si quieres descubrir cómo puede una práctica tan aparentemente sencilla obrar todos estos “milagros” en nuestro cerebro, ¡clic aquí!

“Siéntate a meditar 20 minutos al día.

A no ser que estés muy ocupado,

entonces siéntate una hora entera”

Proverbio Zen

Todo hombre puede ser, si se lo propone,

escultor de su propio cerebro

Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina